En el mundo actual parece que cualquier cosa nueva es mucho mejor que la versión anterior.
Quizá porque estamos acostumbrados a la tecnología, que avanza cada día renovando en poco tiempo un producto que hace unos meses era totalmente nuevo, en nuestro subconsciente -y a veces en nuestro consciente- clasificamos como mejor un producto por el mero hecho de ser nuevo, sin haber comparado de hecho las virtudes o defectos que tiene este con respecto a la versión anterior.
Pero, ¿es este un pensamiento lógico o infundado?
Para empezar cuando un producto sale al mercado puede dar un beneficio al que lo comercializa: si ese producto es bueno, esto dará a los consumidores una garantía de durabilidad, fiabilidad o prestaciones de la marca, por lo cual seguirán confiando en ella para otros productos, o futuras actualizaciones del producto adquirido.
Por lo tanto cuanto mejor sea el producto, mas beneficio se puede obtener de él, ¿no?
En este punto parece lógico afirmar que cuando sale una nueva versión de un producto, sale por que han descubierto una forma de mejorarlo, por lo tanto se podría afirmar que un producto nuevo, si bueno, dos veces bueno, pues además de no haber tenido un desgaste por el paso del tiempo y el uso, se ha confeccionado mejorando la calidad de la versión anterior.
Pues, en teoría si, pero creo que la filosofía mercantil actual dista mucho de ofrecer lo mejor al mejor precio.
Imagina que eres un empresario que saca un producto, es muy bueno y resistente, tanto que el que lo obtenga se morirá y sus hijos podrán heredarlo. De hecho en el mercado no hay ningún producto tan resistente, tus competidores fabrican un producto cuyo tiempo de vida no sobrepasa el año, evidentemente con materiales más baratos y de peor calidad.
Con todo esto expuesto, piensa fríamente ¿te conviene sacar al mercado ese producto?
Piensa que a cada familia solo le vas a vender uno ¡¡¡en la vida!!! A no ser que logres convencerlos de que una futura versión es mucho mejor, con lo que le venderás dos, tus competidores pueden llegar a vender uno ¡¡¡al año!!! Por muy bueno que sea tu producto, el consumidor no sabe realmente lo increíblemente bueno que es comparado con el de tus competidores, por lo tanto tus competidores seguirán haciendo negocio con su producto, así que si no pegas el pelotazo, ten por seguro que tu compañía cerrará dentro de unos años cuando los que lo hayan conocido ya hayan adquirido tu producto.
Por lo tanto para evitarlo tendrás que cobrar por cada uno de tus productos el triple que por uno de la competencia, con lo que perderás aún más clientela…
¿Seria rentable? ¿O más bien te convendría disminuir la calidad de fabricación, para poder venderlo mas barato, y garantizar una duración de un año y medio (por ejemplo) para mantenerte por encima de tus competidores?
Te parece esto un caso irreal, entonces pregúntate: ¿por qué no hay una olla IBER en cada casa? La empresa IBER saco ollas (Casi)antiadherentes antes de que sus competidores les empezaran a poner teflón, aptas para vitrocerámica antes de que estas se fabricaran, y por increíble que parezca garantizan sus productos ¡¡¡de por vida!!!
O sea que si tu olla IBER se te cae el suelo y se te parte el asa, te la cambian, y lo mejor: sin pedir explicaciones.
Entonces ¿por qué la mayoría de las personas prefieren Tefal, con las que sabes que en un tiempo se les va a romper el asa, o se te va a rallar, y se te va a pegar la comida?
Pues sí, aunque parezca mentira, si IBER sacara una olla que garantizara 5 años de antiadherencia, con un diseño resultón, buen marketing y precios similares a los de sus competidores, quizás tendría un negocio mas seguro que ofreciendo las que ofrece actualmente.
Por lo tanto, ya no sería bueno lo nuevo, sino lo antiguo, en contra de lo que sería lógico pensar.
Pues señoras, señores, tengo la firme convicción de que en muchos casos es eso lo que ocurre realmente en la actualidad.
Cunado la guerra de las marcas no existía, y los productos surgían para satisfacer las necesidades de los consumidores, y no para crear necesidades a los mismos, se desarrollaban productos mas duraderos y fiables que los que tras años de investigación se han desarrollado posteriormente. Con esto no quiero decir que la investigación no haya servido para nada, de hecho hay productos que no hubieran salido sin dicha investigación, solo digo que la investigación y el avance científico no va unido al avance de los productos.
Los que han tenido la oportunidad de tener un frigorífico de esos antiguos que se abrían con una palanca y resistían lo que se les echara encima (dentro de uno de los cuales Indiana Jones atravesó estados unidos -CoastToCoast- en su ultima aventura), te podrá decir aquella famosa frase “Es que ya no se hacen como los de antes”, mientras tu piensas: ¡anda abuelo menos rollos!, y te preguntas si realmente eran así de fiables esos aparatos prehistóricos.
Otro ejemplo de que lo nuevo, no tiene por que ser lo mejor es que después de años de cambiar la red de acequias tradicionales (diseñadas, construidas y utilizadas desde la época de los romanos y los árabes) por tubos, mucho más “eficientes” se ha llegado a la conclusión de que las acequias tradicionales funcionaban perfectamente, y que enriquecían la tierra en general y su entorno más cercano en particular. Por lo tanto la Junta de Andalucía ha aprobado un plan para restaurarlas en Sierra Nevada, pero en la gran mayoría de los casos, el daño ya está hecho, pues se han perdido totalmente en muchas provincias de Andalucía así como en otras partes de España.
En ocasiones el ser humano, quizás impulsado por la tecnología, o quizá por el afán consumista de la sociedad actual se siente en la necesidad de cambiar lo que funciona perfectamente.
Esto ha sido así desde siempre, y algunos han sabido lo suficientemente “listos” como para potenciarlo por medio de la publicidad y sacarle provecho económico.
En la antigüedad el hombre empezó a hacerse herramientas para cazar y consiguieron construirse arcos. Las flechas empezaron a hacerse de palo -afilarían su parte anterior y las harían mas controlables por medio de plumas de ave en el extremo posterior-. Posteriormente empezaron a incrustar yescas de piedra en la parte delantera de la flecha para de esta manera conseguir... que la flecha fuera mucho más ... molona, tecnológica y moderna... porque servir lo que es servir... no sirve para mucho que una flecha termine en punta de piedra:
Estudios actuales no han conseguido establecer una diferencia significativa entre la velocidad, alcance o capacidad de penetración ente dos flechas construidas con los medios de la época, así que si no lo detectamos en la actualidad, imagínate un prehistórico vestido de pieles y gruñendo si notaba o no la diferencia.
El avance tecnológico es tan importante para el ser humano, que considera que avanza, aunque se quede quieto.
En el otro lado de la linea temporal nos encontramos nosotros “ciber-homos”, o “homo-cansadus” actualizando nuestros televisores de la vieja y roñosa banda analógica, a la nueva y tecnológica linea digital (TDT). Sin pararnos a pensar si realmente es un avance que se te corte el final de la película en vez de tener una definición algo menor. Pues tan grande es la necesidad de tecnología que tiene el “homo-cansadus Aspañolus” que ha permitido que le implanten un sistema sobrecargado (con mas canales de los que puede soportar). Lo que en otros países ha funcionado bien, ha sido desvirtuado e implantado en España al grito de “renovarse o morir”.
Siguiendo con el tema hay una pregunta que me arranca el alma... ¿como permitimos (en los tiempos que estamos) que la televisión tarde dos minutos en arrancar?
Si mi abuelo cuando encendió su primer televisor en blanco y negro, esta se encendió sin más ¿Que crimen ha cometido la humanidad para ser castigada con televisores planos (supertecnológicos) que tardan dos minutos en encenderse?
Y cuando hablo de televisores hablo de móviles, consolas... ¿nadie se ha dado cuenta de que los móviles antiguos eran casi instantáneos, y que ahora hay que esperar un rato para que te entre en el menú? ¿o qué los cartuchos de la NES(la primera nintendo) los ponías y empezabas a jugar y ahora hay que esperar infinitos tiempos de carga?
El avance tencnológico es tan importante en nuestras vidas que hemos aprendido a hacer la vista gorda a los “retrocesos tecnológicos" que tienen los nuevos "avances".
Para mi un avance que no avanza o un avance que a la vez que avanza retrocede, no es un avance, es tan solo un cambio.
Todo el mundo en Córdoba ha oído hablar de los casos de “el puente mohoso”, “el Mohoso’s Palace” (antiguo Meliá) y el novísimo puente “romano”, que son ejemplos de que una cosa muy moderna puede chocar con su entorno hasta tal punto de parecer ridícula. Pero como hay gente que cree que si no hay tecnología y ultimas tendencias una sociedad no es moderna, pues nos pone estos esperpénticos espantajos estropeando un paisaje urbano perfectamente conservado y digno de admiración como es el casco histórico de Córdoba. ¿Es más moderna una sociedad con monumentos de última tendencia o una sociedad autosuficiente, capaz e inteligente?
Pero, ¿qué puede hacer un hombre moderno de la sociedad actual contra este tipo de pensamiento/estilo de vida? En primer lugar si pretendes mantener determinados utensilios construidos o diseñados antes de que terminara tu propio desarrollo, te puedes convertir en un “retro” (muy de moda últimamente) o, simplemente en un antiguo:
Para pertenecer a la primera categoría no es necesario siquiera tener artículos antiguos, sino nuevos hechos con los gustos de antaño, pero hay que saberlos combinar perfectamente con los mas modernos, por ejemplo, un equipo de música moderno con tocadiscos, o que asemeja la forma del tocadiscos, es retro; una cámara digital que asemeja una antigua réflex, también es retro.
Para pertenecer a la segunda categoría, debes tener artículos antiguos y usarlos como si todavía no hubieran quedado anticuados, sin preocuparse por la interacción con el entorno que puedan ejercer, por ejemplo, tener un tocadiscos, es de antiguos; usar todavía cámara de carrete, también es de antiguos.
Espero que haya quedado clara la sutil diferencia que puede hacer recaer sobre ti las críticas de la sociedad moderna (y de tus amigos, o incluso de tu padre).
Si te paras a mirar la sociedad actual parece que el orgullo de las personas recae sobre lo que poseen: yo tengo la casa más bonita, yo tengo el coche más potente, yo tengo el pito más... En este ámbito, por mucho que tú sepas que un producto antiguo puede competir en similares condiciones con uno nuevo, el otro siempre va a ser “mas nuevo”, y el tuyo, no tiene ningún “más” con el que competir, porque lo de “más fiable”, por desgracia, no es algo que te distinga por encima de los demás cuando de un producto antiguo se trata.
Pero lo importante, es aprender a sobreponerte y a no preocuparte por ello. Si sabes que la fiabilidad de un producto por el que te califican de antiguo es igual o superior a la de los productos nuevos, ¿por qué preocuparte de lo que piensen los demás acerca de ello?
La gente se presta muy fácilmente a juzgar lo que no conoce, y lo mejores ignorarlo.
Para una persona con un poco de orgullo es esto una ardua tarea, porque aunque expliques y re-expliques a “los modernos” hasta que se te canse la boca, ellos no entenderán las ventajas que puede tener algo tan antiguo, que probablemente está apunto de romperse (y que si fuera nuevo -de nueva construcción-, seguramente, con su antigüedad ya estaría roto).
Ni mi madre, ni mi padre, ni mi suegra, ni siquiera tú, que me estás leyendo ahora mismo, llegarás a entender jamás como puedo estar orgulloso de conducir un Renault Súper 5 construido en 1989 y diseñado algunos años antes (basado en un diseño de los sesenta), ni como puedo siquiera atreverme a sacarlo de viaje cada dos por tres.
Aunque te explicara una y mil veces que lo que he gastado en él desde que lo tengo, es probablemente similar a lo que te costó la reparación de él tuyo la ultima vez que lo llevaste al taller, ya pensarías “no será para tanto”, o “si, pero uno mas nuevo es mejor”, o cualquier cosa que te pareciera en ese momento razonable.
Pero estoy a prendiendo a ignorar los comentarios hirientes que algunos puedan hacer, y a darme cuenta que lo que tienes no define lo que eres, sino mas bien al contrario, lo que eres, define lo que tienes.
Mientras tanto, seguiré siendo un propietario orgulloso de una maquina con tecnología de otra época, pero con energía para durar siempre, y en la certeza de saber que cualquier persona que haya conocido este vehículo, que en España tuvo un día tanta aceptación, al subir al mío apreciará las más o menos sutiles diferencias que lo convierten en algo tan especial para mi, que me hacen sentirme parte del diseño del mismo uniendo al hombre con la maquina.
Está claro que no durará para siempre, pero, ¿alguien me puede asegurar que un coche con solo diez años durará sin romperse más tiempo que este?, porque aún así, las piezas de este las podré encontrar a la mitad del precio que las del nuevo...
La maquina se une al hombre en cuanto este pone parte de su ser en ella, de forma que hombre y maquina empiezan a parecerse el uno al otro y a adquirir sus respectivas virtudes y defectos, hasta el punto de que viendo al uno puedes llegar a definir al otro.
En conclusión, deberíamos empezar a cambiar el chip, porque lo que percibimos por los sentidos y nos hace discernir si algo es bueno o malo, en el mas amplio sentido de las palabras, muchas veces no esta fundamentado en argumentos reales, sino en sentimientos, sensaciones, costumbres o en pensamientos introducidos a la fuerza en nuestro cerebro por medio de falacias*, de las que me gustaría hablar en el próximo envío. Esta volatilidad de la mente es lo que hace que la declaración de un testigo en un juicio sea considerado como una prueba más y no como testimonio fiel de los hechos.
Y con esto me he desviado tanto del tema que ya no recordareis ni de qué empece a hablaros...
Cuando renovéis algo, hacedlo con cabeza, no sea que llegue la moda de renovar personas y cambiéis al abuelo por un jovencito resultón de ventitantos... o que vayamos como chiquito de la calzada: un pasito hacia delante y dos atrás.
*afirmaciones que damos por ciertas porque están apoyadas por verdades, pero la base es una gran mentira.
PD:Lo antiguo si bueno...dos veces bueno
PPD: Gracias por leerme.
